domingo, 17 de agosto de 2008

Círculo perfecto

Me pierdo muy pronto cuando sé que no estás aquí.
Es el anatema de la vida consumiéndome,
muy lentamente, entre suspiros.
Te pido.
Te lloro.
Te pienso.
Aguardaría por ti mucho más que un momento.

Quisiera que te apresures,
porque el tiempo cambia y cambio yo con él.
Nos están dejando solos -¿no lo entiendes?-,
nos están pidiendo no volver.

Es un círculo perfecto nuestra religión.
Tú, extrañada en una fría casa;
y yo, sin descanso en mi ardorosa comunión.
Luces.
Sombras.
Lluvia y renacer.
Las flores no perfuman donde nunca hay qué comer.

Siente la fría tarde antes de partir,
Seguimos colgados de un sueño.
Queremos tanto ser eternos -¿no lo entiendes?-,
es un complicado sendero el que debemos recorrer.

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