domingo, 21 de junio de 2009

Puedo sentir tu vital pulsación en la entrega


Recuerdo en los 80's, en uno de esos tantos días fríos de invierno, llegando de la escuela primaria apurado para disfrutar de mis dibujos favoritos; aquellos que me enseñaste a apreciar porque también eran los tuyos. Ingresar casi corriendo a la sala y ver que junto a tí, ya instalado frente a la tele, me esperaba una taza de chocolate caliente y tostadas, verte sonreir y recononocerme en ti, en mi amigo, en mi padre ... Eramos solo dos niños que vivían fascinados con Tom y Jerry, y esa disparatada relación que tanto los unía.
(*)
Bendito corazón de padre,
haces que me sienta uno con el mundo,
siento tanto el calor de tu espíritu,
que hasta incluso podría caminar desnudo bajo el inmisericorde frío.
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