martes, 30 de diciembre de 2008

Presumido (Stripper sentimental)

Mira que extraño me siento en este momento. Estoy escuchando un tema lento de los Rolling Stones y, aunque no me traes buenos recuerdos del todo, estoy pensando en ti; sólo quiero recordarte así, brindándome una sonrisa tierna. Quiero pensar que somos amigos de una manera poco usual, que esto no es una fantasía y nos queremos.

Me agradó pasar todo este año a tu lado, aprender de ti, y sobre todo darme cuenta que soy la persona menos indicada para hacer algún tipo de crítica. Eso fue la gran lección que me diste con tu silencio. Y sabes qué: aún me cuesta ponerla en práctica. Muy a menudo cometo el error de convertirme en un
stripper sentimental, creyendo con eso que puedo tomarme la libertad de opinar sobre el accionar y sentimientos de otros. Como te lo imaginarás nada bueno puede surgir de eso. Ahora empiezo a comprender. Por eso te respeto. Quisiera parecerme un poquito a ti. También quisiera que tú te parecieras a mi. Pero lo cierto es que somos tan diferentes. Y sabes qué, creo que es mejor así.

No sabía qué pensar de las personas como tú. Antes admiraba esa actitud de estar por encima de todo, inclusive de la propia identidad familiar. Me encantaba la idea de ser alguien diferente, especial, y sobre todo popular. Un personaje al cual la gente admirara, cuya oportunidad de conocerlo sería algo excepcional. La frivolidad en carne y hueso. Realmente esa idea, aunque superficial, me seducía cuando adolescente. Luego intenté ir más allá. Tal vez sentí que mi vida no tenía significado o que éste era –reitero- demasiado superficial.

Extraño al otro yo a veces, no te lo puedo negar. Sobre todo cuando veo las fotografías de aquella época en que trataba a toda costa de ser feliz. Pero también recuerdo que en aquel tiempo la rebeldía y sobre todo el dolor me embargaban. Y el personaje que inventé era una manera de disfrazar mi inseguridad. Vivía tal vez el sueño de otro y no el mío. Me sentía triste, frustrado. Tan solo quería huir de todo –incluso de mi mismo- y olvidar. Empezaba a preguntarme qué era esa palabra a la que llaman paz.

Te extraño. Tú me recuerdas de alguna manera esa persona que siempre quise ser. Siempre tan ordenado, consciente hasta del más mínimo detalle, y tratando de estar siempre a la vanguardia en cuanto a estilos. Me jode que haya una persona que sea tan cool de una manera tan natural, me jode tener que admirarte así de una forma tan entrañable como si fuéramos hermanos y por eso olvidarme de tu siempre cortés arrogancia, pero entiendo que así son los afectos y la mente no gobierna en los terrenos del corazón.

Te extraño mucho sabelotodo. Espero que te encuentres bien. Quisiera que perdure por siempre esa tarde cuando nos vimos enfrascados en una conversación trivial, sobre cuál banda era mejor, los
Beatles o los Rolling Stones, y cuando todo a nuestro alrededor estaba hecho un desastre porque no terminábamos el trabajo pactado aún. Recuerdo las llamadas de atención del jefe, y luego tú, dejando de lado tu patente serenidad, levantando la voz por los dos y diciendo:
*
-Hey, tranquilos todos, acaso no comprenden que al talento hay que dejarlo trabajar.


3 comentarios:

  1. si la extrañas búscala...
    si la tienes al lado, valórala...
    no dejes pasar más tiempo, eh?
    :)

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  2. Debes escribir un libro si es q ya no lo escribisteee !!

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